El mejor trabajo que podemos tener es aquel que nos da placer y donde podemos explorar todo nuestro talento. Sin embargo, ese trabajo no siempre aparece de inmediato, y a menudo nos encontramos en ocupaciones que no nos satisfacen ni nos hacen sentir felices. La solución en esos casos puede ser un cambio de carrera.
Este, no obstante, es un paso muy grande en la vida de cualquier profesional. Existen riesgos, las críticas se escucharán y lo desconocido es, naturalmente, intimidante. Aún así, con la mentalidad y el acompañamiento adecuados, cambiar de carrera puede ser el paso correcto para alcanzar la realización profesional.
¿De qué hablamos cuando hablamos de cambiar de carrera?
Cambiar de carrera es mucho más que cambiar de empleo. Cuando cambiamos de empleo, podemos seguir haciendo lo que ya hacíamos (aunque con algunas matizaciones), pero para un empleador diferente. Cambiar de carrera, en cambio, implica cambiar de profesión, hacer algo completamente diferente.
Sin embargo, también es posible cambiar de carrera dentro de la misma empresa, lo cual, además, es cada vez más fomentado por las propias organizaciones.
¿Por qué cambiar de carrera?
El cambio de carrera puede tener varias motivaciones y surgir en diferentes etapas del recorrido profesional. Generalmente resulta de una fase prolongada de insatisfacción, en la que lo que hacemos no nos llena ni nos realiza.
No obstante, también puede ser consecuencia de la falta de oportunidades en el mercado laboral, debido, por ejemplo, a una menor demanda de profesionales en un área determinada. Si bien el desarrollo de las sociedades y la aparición de nuevas tecnologías lleva a que haya ocupaciones con mayor demanda, por otro lado, hay profesiones que simplemente dejarán de existir.
Sea cual sea el motivo, un cambio de carrera suele implicar una inversión en formación y en la adquisición de nuevas competencias, tanto técnicas como sociales y comportamentales. Esta inversión requiere tiempo, esfuerzo y perseverancia.
6 aspectos a tener en cuenta antes de cambiar de carrera
- Asegúrate de que es esto lo que quieres
Cambiar de carrera es un paso muy grande y, aunque no es irreversible, exige bastante tiempo y esfuerzo. Por lo tanto, antes de ponerte en marcha, tómate un tiempo para reflexionar sobre las razones que te llevan a querer cambiar.Si tus motivos incluyen el poco reconocimiento que recibes actualmente, el bajo salario que tienes, la dificultad en las relaciones con los colegas o la insatisfacción con el empleador actual, entonces tal vez sea el momento de cambiar no de carrera, sino de empleo. - Conoce tus fortalezas
Evalúa tus competencias y escucha tu talento. Cambiar de carrera tiene más sentido si sabes que hay otra área donde puedes explorar todo tu potencial, ya que esto significa que tendrás más oportunidades de crecer profesionalmente. Además, conocer tus competencias también te permite saber tus debilidades, es decir, competencias que no tienes o que están menos desarrolladas y que podrían ser necesarias en este nuevo camino profesional. - Saber a dónde quieres ir
Para cambiar de rumbo, es necesario saber el destino. Imagina tu vida dentro de diez o veinte años. Crea una imagen mental de tu “yo” futuro y de lo que quieres hacer, ser y tener. Más que trazar una lista de objetivos, es importante conocerte bien y ser capaz de identificar tus áreas de interés, ya que estas guiarán tu camino para llegar a donde quieres estar. - Hacer networking en el nuevo campo
Antes de dejarlo todo y comenzar una nueva vida, busca asistir a eventos y conocer personas del área a la que quieres ingresar, para entender qué hacen, cómo trabajan y qué desafíos enfrentan. Es probable que, más adelante, enfrentes desafíos similares.Otra buena estrategia es elegir un mentor que pueda aconsejarte y orientarte a lo largo del proceso. Busca a alguien que consideres una referencia (no solo por su conocimiento y experiencia en el área, sino también porque comparte los mismos valores éticos y profesionales que tú) y pídele que sea tu mentor. - Preparar un período de transición y un plan de acción
Es posible (y probable) que cambiar de carrera te obligue a desarrollar nuevas competencias, y eso no puede dejarse al azar. Dedica un tiempo a saber lo que necesitas aprender y experimentar, para luego pensar en un plan de acción con espacio para formación, prácticas o talleres.Tu plan de gestión de carrera debe ser puesto en práctica incluso antes de que ocurra el cambio. Esta estrategia te permitirá prepararte para la alteración de forma gradual y anticipar las dificultades que puedan surgir. - Asegurar una red de seguridad
Cuando decidimos cambiar de carrera, el período de transición puede ser muy desafiante. Si estás dejando una profesión para abrazar un área en la que aún no tienes experiencia, debes estar preparado para dar algunos “pasos atrás”. Un salario más bajo, una posición menos senior o incluso la necesidad de realizar una práctica son algunas de las posibilidades que puedes encontrar.Por ello, es importante tener una reserva financiera que te permita enfrentar una posible reducción temporal de ingresos.
Cambiar de carrera también tiene valor para las empresas
Cambiar de carrera es beneficioso para los profesionales, pero también para las empresas que los reciben. La verdad es que quien cambia de carrera es, por naturaleza, valiente e intrépido, cualidades muy valoradas por las empresas que buscan innovar y adoptar un posicionamiento disruptivo.
Además, un profesional que cambia de carrera y enfrenta los desafíos de esa transición es alguien que demuestra perseverancia, lo que puede ser útil en momentos en los que la empresa necesita resistir los desafíos naturales de la economía y los negocios.
Finalmente, los colaboradores que han cambiado de carrera aportan competencias transversales a las empresas, promoviendo nuevas formas de trabajar y nuevas enfoques para los desafíos. Después de todo, las experiencias pasadas no se olvidan y las habilidades antiguas siempre pueden ser capitalizadas en una nueva área profesional.