” En mi opinión, esta formación es muy importante. Hay una población cada vez más envejecida y cada vez no tenemos tiempo para cuidar de los nuestros. Por ello, tenemos que ubicarlos en hogares, albergues o familias de acogida para que puedan tener un final de vida digno y con calidad de vida. Para que todo esto sea posible es necesario que existan instituciones y personas altamente cualificadas y preparadas para afrontar las más diversas situaciones que se presentan en el día a día, lo que no quiere decir que personas sin formación no sean igualmente grandes profesionales y personas capaces. de desarrollar un excelente trabajo. Sin embargo, las personas cualificadas cuentan con los conocimientos suficientes para hacer las cosas bien, de forma rápida y asertiva para reducir errores y posibles tiempos de recuperación. Fue posible adquirir conocimientos sobre las más diversas formas de posicionamiento, tratamientos, levantamiento e incluso cómo manejar los más diversos equipos para el tratamiento y transporte de personas mayores. Durante la parte práctica se pudo visualizar algunas situaciones que se abordaron teóricamente y que son de gran preocupación para los profesionales médicos y auxiliares de salud, como es el caso de las úlceras por presión. Nunca había oído hablar de algo así en mi vida, por lo que era una situación completamente nueva para mí. Con los conocimientos adquiridos en la parte teórica se logró tratarlos y así brindar una mejor calidad de vida a los usuarios. Durante las prácticas me enseñaron algunas técnicas de posicionamiento que fueron útiles para situaciones futuras en mi vida profesional. Por lo tanto, creo que a nivel general todos pasaremos algún día por una situación similar en el caso de un familiar o un amigo cercano y deberíamos estar preparados para brindarle la atención y asistencia necesaria para brindarle una buena condiciones de vida en ese momento, sin embargo, por lo que he observado, este no es el caso. Falta sentido común, falta de voluntad y cierta falta de paciencia por parte de la población en general e incluso de los miembros del partido para cuidar de nuestros mayores y de quienes más lo necesitan. Tuve días que llegaba a la institución un poco más cansada, agotada, con ganas de descansar, pero solo mirar los rostros de esas personas llenas de alegría y felicidad solo de vernos nos hacía “salir” para poder brindarles. con un poco de bienestar y consuelo con nuestra presencia. Fueron estas pequeñas cosas las que nos hicieron crecer como personas y profesionales de la geriatría. El curso/prácticas que estoy terminando ahora también forma parte de una etapa de mi vida en la que me hizo tener una percepción de la vida humana diferente que hasta ahora no tenía. “